El nuevo programa “La Escuela es Nuestra”, no garantiza que realmente los padres de familia tengan el control de los recursos ni de las obras que se vayan a construir en un plantel, afirmó el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia (FENAPF) Leopoldo García López.
No hay garantía de que con este programa federal se acabe con la corrupción, el burocratismo y la opacidad, resumió.
Explicó que en muchas escuelas son los directores los que imponen a las mesas directivas de las asociaciones de padres de familia y en cierta forma tienen el control de las mismas.
“Un gran error, recuerda el temor que tienen los padres de que los directivos controlen e impongan a un presidente de consejos de participación o de comité de padres de familia y los controlan y ellos son los que dicen en que se gasta el dinero y entonces no hay transparencia total”.
En la práctica, La Escuela es Nuestra tendrá el mismo destino que Escuelas al Cien, en el que en su momento también se planteó que las sociedades de padres de familia fueran las responsables de determinar el tipo de obra que requería el plantel sin embargo, en la práctica fue el director el que asumía esa facultad y de alguna manera el control de los recursos.
“Lo que va a pasar será lo mismo que lo que pasó con Escuelas al Cien, según serían los padres los que designarían a los responsables de la construcción pero al final los directores mandaban y contrataban a sus amigos y los padres solo firmaban de conformidad”.
Hace unos días, el presidente López Obrador dio el banderazo de salida al programa en Puebla. Explicó que en una primera etapa se intervendrán 103 mil 268 escuelas y en otra 69 mil 474; en ese evento confirmó que los recursos se entregarán de manera directa a las escuelas que tendrán que conformar un Comité Escolar de Administración Participativa con la expectativa de que de esta forma se evitará la corrupción.