Ciudad Victoria, Tam. 22 de octubre de 2018.- Mi gran tesoro es la patria, pero el hombre es mi hermano y de donde venga, merece gozar las garantías que mi patria le otorga.
Cualquier migrante, sin excepción, al tocar suelo victorense, adquiere también todos los derechos que brinda la constitución política nacional y le son reconocidos todos los mismos derechos que al resto de los mexicanos, y por supuesto deben serles respetados.
Invito a organismos y organizaciones internacionales, a los representantes de los poderes estatal y federal en México y en el resto del mundo; a que se sumen a la protección y acojo de los migrantes, que por razones fuera de su alcance, tuvieron que abandonar su país y su familia, buscando mejores condiciones de vida y buscando fuerza, sociedad y hermandad.
Todos somos uno. Es cierto que en México el fenómeno migratorio es de orden federal, pero en el gobierno y en la sociedad de Victoria no somos ajenos al sentir de una persona, que busca asilo y respaldo lejos de casa.
Estamos dispuestos a ofrecer alimento, atención médica, un espacio para descanso y respeto irrestricto a los derechos humanos, tal cual queremos que sean atendidos y respetados nuestros migrantes que por diversas razones, también tuvieron que abandonar nuestro municipio buscando mejores condiciones de vida.
Mi gran tesoro es una patria universal, una sociedad global que habla con el corazón, trabaja con el corazón, mira con el corazón y pone su corazón al servicio de los demás, siempre, y sin tope.