Más de 36 mil niños que en 2017 tenían derecho a ingresar a alguna de las guarderías operadas por el IMSS o el ISSSTE se quedaron sin poder hacerlo, ya que fueron colocados en lista de espera por dichas instituciones, pese a que tenían espacios de sobra para recibirlos.
Así lo revelan dos análisis de desempeño realizados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre el manejo que dan esas instituciones a sus sistemas de estancias infantiles, que es una prestación a la que tienen derecho todos los hijos de los trabajadores derechohabientes.
En el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los datos de la Auditoría arrojan que, en 2017, un total de 228 mil 600 hijos de derechohabientes solicitaron el ingreso a alguna de las guarderías del instituto.
De ellos 200 mil menores, que equivalen el 87.5 por ciento, consiguieron ingresar a una de las guarderías, mientras que 28 mil 600 se quedaron en lista de espera.
Lo que el IMSS no explica, señalan los auditores, es por qué dejó a los niños en lista de espera si sus guarderías tenían el espacio suficiente para alojarlos.
De acuerdo con el estudio, en 2017 el instituto ocupó apenas el 80.5 por ciento de la capacidad que tenían las estancias, o lo que es lo mismo, dejaron sin utilizar más de 46 mil lugares disponibles, que eran suficientes para que no hubiera lista de espera y aun sobraran espacios).
En el caso del ISSSTE, el informe de los auditores destaca que en 2017 un total de 43 mil 700 niños de 0 a 6 años – hijos de derechohabientes – solicitaron el ingreso a alguna de las guarderías, pero solo 36 mil 200 que equivalen al 82.8 por ciento fueron admitidos, mientras que 7 mil 700 niños se quedaron en lista de espera.
Y por falta de espacio no fue, ya que a lo largo del año el ISSSTE solo utilizó, en promedio, un 84 por ciento de su capacidad instalada en guarderías.
En respuesta a esta observación de los auditores, el ISSSTE señaló que no admitió el ingreso de dichos menores con el argumento de que “le falta personal suficiente para la debida atención y resguardo de los infantes”. No obstante, la ASF subrayó que dicho instituto no acreditó con documentos que esto fuera cierto.
En este contexto la Auditoría emitió una recomendación oficial de desempeño tanto al IMSS como al ISSSTE para que implementen las estrategias que sean necesarias, a fin de que se utilice íntegramente la capacidad instalada con la que cuentan en sus guarderías, y no se deje fuera a niños que tienen derecho a contar con esta prestación.
Fallas en seguridad, supervisión…
Además del problema de la subutilización de los espacios en las guarderías, los auditores destacaron en sus informes múltiples fallas que van desde deficiencias en temas de seguridad, hasta falta de supervisión de medidas correctivas para mejorar la calidad de los servicios que se proporcionan.
Por ejemplo, en el caso de las guarderías a cargo del ISSSTE, el informe de la ASF señala que los lineamientos operativos del instituto para regular el funcionamiento de las estancias infantiles, vigentes en 2017, presentaron “deficiencias en su diseño”, ya que no establecen los requisitos que deben cumplirse para verificar su estado.
“Tampoco se especifican las modalidades de la capacitación que habrán de recibir los responsables de atender a los infantes, en términos de su formación, actualización y certificación, ni los temas de competencias o de protección civil que han de impartirse”, indicaron los auditores.
Por otro lado, aunque el ISSSTE sostuvo que en términos generales las estancias infantiles cuentan con las medidas de seguridad y protección civil adecuadas, esto no se acreditó con la información proporcionada a los auditores. A ello se suma que se realizó un número inferior de visitas de supervisión respecto a la meta planteada.
“En 2017, las 35 delegaciones estatales del ISSSTE se comprometieron a realizar 720 visitas de supervisión a las estancias para el bienestar y desarrollo infantil, pero fueron 26 delegaciones únicamente las que efectuaron 286 visitas (39.7 por ciento de la meta establecida), sin que el ISSSTE acreditara la aplicación de sanciones a las delegaciones que no cumplieron con su programa” señala el informe.
Los auditores también registraron que el año pasado el instituto impartió 233 cursos a personal que labora en 124 guarderías de la dependencia, sin embargo, el instituto también tiene contratadas otras 122 guarderías externas, en donde no se acreditó capacitación alguna para las personas encargadas de operarlas.
A ello se suma que, a criterio de los auditores, no hay ninguna garantía de la utilidad de los cursos impartidos al personal, toda vez que estos no fueron elaborados a partir de un diagnóstico de necesidades.
En el caso de las guarderías del IMSS, el informe de resultados de la auditoría de desempeño destaca que dicho instituto realizó 5 mil 405 visitas de supervisión a sus estancias infantiles, las cuales arrojaron más de 10 mil observaciones. Casi la mitad de esas observaciones están relacionadas con deficiencias en la operación de guarderías, el 28 por ciento con problemas de atención a los padres, el 21 por ciento por fallas en mantenimiento y conservación, entre otros.
El problema es que los auditores no encontraron evidencia alguna de las medidas que se implementaron (si es que se hizo) por parte del IMSS para atender y corregir las recomendaciones que arrojaron las visitas de supervisión.
Por otro lado el instituto diseñó un “Modelo Institucional para la Competitividad” enfocado a mejorar la calidad de los servicios de la guardería, sin embargo, en 2017 solo el 54.9 por ciento de las guarderías lo implementó. Es decir, casi la mitad de las guarderías no siguieron este parámetro de calidad sin que el IMSS detallara las razones de ello.
“(El IMSS) no implementó este modelo en 64 guarderías de modalidad directa, no acreditó las estrategias para garantizar la calidad de los servicios en las 1,221 guarderías contratadas, y no documentó las medidas que realizó para dar seguimiento a las observaciones derivadas de las supervisiones a las guarderías” concluye el informe de la ASF.