La violencia que se vive en el país, de la cual no se escapan líderes religiosos y párrocos, ha obligado a instalar en algunas iglesias videocámaras de vigilancia y extremar cuidados, luego de agresiones como las sufridas en municipios como Matamoros en Tamaulipas; la Iglesia Católica identifica a entidades como Guerrero, Ciudad de México, estado de México, Veracruz y Michoacán como focos rojos para el sacerdocio.
Sergio Omar Sotelo Aguilar, director del Centro Católico Multimedia, señaló que sacerdotes han sido víctimas de asesinato, privación de la libertad o simplemente no han sido localizados, principalmente en esos estados, en Tamaulipas tienen al menos registrados tres casos.
Pese a ese tipo de situaciones, Sotelo Aguilar consideró que las iglesias e instalaciones católicas deben permanecer abiertas y sin ningún control para que cualquier persona pueda entrar con toda libertad.
Sentenció que la responsabilidad de garantizar la seguridad para todos los ciudadanos es de los tres diferentes órdenes gobierno, quienes deben velar por la tranquilidad en cada entidad, de forma prioritaria donde todo parece indicar que la violencia se ha recrudecido.
Hacemos un llamado que no solo en las iglesias, sino en todos lados, pero es cuestión que la seguridad está rebasada. Hay una gran incompetencia y falta de profesionalidad en los cuerpos de seguridad, no en todos, pero sí es escandaloso. Yo creo que hacia allá tendría que apuntalarse”, dijo el director del Centro Católico Multimedia.
Agregó, “he visto amigos míos, a sacerdotes que han colocado medidas de seguridad, están un poco más alerta, cosa que no tendría que ser. La iglesia es de puertas abiertas, tiene que seguir siéndolo, no podemos echarnos atrás, cerrar las puertas y resguardarnos, es de puertas abiertas todo mundo tiene que entrar. La pastoral de la iglesia siempre tiene que acoger a quien sea”.
En el caso de Matamoros, Tamaulipas, en este año se presentaron dos casos de explosiones de artefactos de fabricación casera en Iglesias de esta diócesis, lo que generó un llamado de la comunidad eclesiástica a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno para investigar los hechos en los que afortunadamente no se presentaron lesionados.
En esa ocasión el obispo Eugenio Lira Ruigarcía se refirió a los acontecimientos del 1 de marzo en la Catedral de Matamoros y del domingo 4 en la Parroquia San Antonio de Padua, ubicada en la colonia Treviño Zapata de esta ciudad, sin causar heridos o daños materiales.
El representante religioso dijo que en primera instancia parecía un incidente aislado, sin embargo, tomó un nuevo giro, al suscitarse por segunda ocasión en instalaciones diferentes.
Preocupándonos profundamente, ya que los fieles y la ciudadanía en general tienen derecho a un ambiente seguro, tanto en sus hogares, como en los lugares de reunión”, dijo.