Las elecciones al Parlamento Europeo, previstas para dentro de un año, han reavivado el debate sobre la reducción de la edad de voto a los 16 años: sus defensores creen que fomenta la participación democrática y reduce la abstención en la edad adulta, y sus detractores cuestionan la madurez de estos jóvenes.
La legislación de la Unión Europea (UE) permite a los Estados miembros fijar su edad mínima nacional de voto para las elecciones europeas. Así, Alemania, Austria, Malta y ahora también Bélgica permiten a los jóvenes de más de 16 años votar en estas elecciones.
Grecia, por su parte, reconoce el derecho de voto a los ciudadanos a partir de los 17 años para cualquier elección, y el resto de países del club comunitario estipulan la participación electoral a partir de los 18.
ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA
El portal de juventud del Parlamento Europeo explica en su página web que los argumentos que se oponen a rebajar la edad de voto por debajo de los 18 años se basan en el desarrollo neurológico del cerebro, pues todavía está desarrollándose y madurando.
Otros consideran que los jóvenes no están suficientemente informados sobre política y las decisiones en las que pueden influir con su voto.
Sin embargo, los partidarios de conceder a los jóvenes mayores de 16 años el derecho a voto creen que es una forma de crear y reforzar un «hábito democrático» para ayudar a reducir las tasas de abstención en las elecciones a las que concurran durante la edad adulta.
Además, sostienen que trabajar a los 16 años es legal en muchos países, por lo que estos menores de edad pagan impuestos y «deberían tener derecho a decidir cómo prefieren que se gasten sus impuestos».
En este sentido, el experto de la ONG europea Election Watch EU, Armin Rabitsch, considera que la mayor ventaja de reducir la edad electoral a los 16 es que todavía siguen en el sistema escolar, por lo que «si los profesores y las escuelas lo fomentan, los estudiantes están más dispuestos a ir a votar si hay elecciones».
Rabistsch asegura, en una conversación telefónica con EFE, que aquellas personas que votan por primera vez tienen más probabilidades de hacerlo de nuevo, «lo que significa que si se quiere tener un fuerte compromiso de los votantes jóvenes y los jóvenes en la política, hay que animarles a votar la primera vez».
INVOLUCRACIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS JÓVENES
No obstante, este experto remarca que esta participación tiene que ir acompañada de una educación electoral para los jóvenes votantes a nivel escolar donde, defiende, se deben abordar los retos de la sociedad que afectan a su futuro, «ya sea el medio ambiente, el calentamiento global, el desempleo o la guerra de Rusia en Ucrania».
«No somos los adultos los que tenemos que decidir por ellos, sino que tenemos que incluirlos en el proceso de toma de decisiones y hacerles ver que no todo tiene fácil solución», asegura.
Por otro lado, el vicepresidente de la organización juvenil Equipo Europa, Aitor Ugarte, explicó a EFE que, si bien es importante fomentar la participación juvenil en las elecciones europeas, no es suficiente para garantizar su implicación en la sociedad y en los procesos democráticos.
«Si una sociedad es democrática no vale solo con votar cada cinco años, sino que tienes que participar durante toda la legislatura», defendió, al tiempo que consideró que, actualmente, muchos jóvenes no ven reflejados sus intereses en las grandes coaliciones de los grupos políticos de la Eurocámara.
La participación de los jóvenes, aseguró, es «clave» para garantizar su futura implicación en los procesos democráticos.
Los jóvenes quieren ver una sociedad más sostenible, basada en los derechos, e inclusiva, y participar en la elaboración de las políticas, subrayó a EFE la portavoz de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, Nicole Romain.
Por ello, aseguró que dar a los menores la posibilidad de participar en las elecciones podría «animarles a votar y apoyar las causas que son importantes para ellos».