Unas 100.000 personas se espera que asistan a la misa funeral del papa emérito, Benedicto XVI, que se celebra hoy en la plaza de San Pedro, entre fuertes medidas de seguridad, según la estimación de la Jefatura de la Policía de Roma.
A las 6 de la mañana se empezó a permitir el acceso a la plaza de San Pedro para los fieles, que lenta y ordenadamente empezaron a tomar asiento ya que no se repartieron entradas para esta ocasión sino que sólo hacía falta ponerse en la fila para entrar en el recinto.
Para acceder a la plaza de San Pedro es necesario pasar controles y por un detector de metales, y se han cerrado al tráfico y retirado todos los vehículos aparcados de las calles adyacentes al Vaticano.
También se ha potenciado el transporte público de la capital para que los fieles puedan llegar más fácilmente a la plaza.
Según el plan de seguridad aprobado por la Policía de la capital italiana, se cerrará el espacio aéreo en toda la zona y se han puesto a disposición helicópteros, francotiradores, cuerpos especiales, incluidos los de lucha contra el terrorismo, bomberos, y policía municipal. En total, habrá más de 1.000 agentes.
Aunque en el Vaticano no se ha declarado día de luto y todo permanecerá abierto, incluido por ejemplo los Museos Vaticanos, al no ser Benedicto XVI papa «reinante» desde 2013 cuando presentó su renuncia al pontificado, los trabajadores de la Santa Sede podrán pedir permiso para acudir a la misa si lo desean.
El féretro saldrá de la basílica vaticana, donde se instaló la capilla ardiente que ha permanecido abierta tres días, sobre las 8.50 horas (7.50 GMT) para permitir que los fieles recen el rosario y luego a las 9.30 GMT (8.30 GMT) Francisco presidirá la misa que celebrará en su mayor parte el decano del colegio cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re, debido a los problemas de movilidad del pontífice argentino.
Tras la misa, alrededor de las 11.15 horas (10.15 GMT), el féretro será llevado a las grutas de la basílica para la sepultura en la que fue la tumba de Juan Pablo II.