La República Mexicana está situada en una de las regiones sísmicamente más activas del mundo, ya que se encuentra enclavada dentro del área conocida como el “Cinturón Circumpacífico” o “Cinturón de fuego”, sitio donde se concentra la mayor actividad sísmica del planeta. Sin embargo, debido a que no en todas las regiones del país existe la misma sismicidad, fue que se catalogaron en “zonas sísmicas”.
Regiones sísmicas en México
Zona A, B, C y D
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) las zonas sísmicas de México se clasifican en función de la cantidad de sismos que se presentan en determinadas áreas del territorio. Datos del Servicio Sismológico de México (SSM) señalan que en el país existen cuatro zonas sísmicas:
Zona A: es una zona donde no se tienen registros históricos de sismos, no se han reportado sismos en los últimos 80 años y no se esperan aceleraciones del suelo mayores a un 10% de la aceleración de la gravedad a causa de temblores.
Zonas B y C: son zonas intermedias, donde se registran sismos no tan frecuentemente o son zonas afectadas por altas aceleraciones pero que no sobrepasan el 70% de la aceleración del suelo.
Zona D: es una zona donde se han reportado grandes sismos históricos, donde la ocurrencia de sismos es muy frecuente y las aceleraciones del suelo pueden sobrepasar el 70% de la aceleración de la gravedad.
Según el SSM, estas cuatro zonas fueron determinadas con fines de diseño antisísmico a partir de utilizar los catálogos de temblores del país desde inicios de siglo.
Regiones Sísmicas, Penisísmicas y Asísmicas
Otra división del país está dada por Regiones Sísmicas, Penisísmicas y Asísmicas, las cuales se caracterizan por:
Zonas sísmicas: son las áreas activas de la corteza terrestre muy propensas a sufrir grandes movimientos sísmicos; coinciden con las zonas de impacto o roce de las placas.
Están localizadas al sur y suroeste de la República, abarca los estados de México, Colima, Michoacán, Guerrero, Morelos, Oaxaca, sur de Veracruz, Chiapas, Jalisco, Puebla y Ciudad de México.
Zonas penisísmicas: son extensiones en las que sólo se registran terremotos débiles, es decir, de poca intensidad, y no con mucha frecuencia.
Abarcan la Sierra Madre Occidental, las llanuras de Sonora, Sinaloa, Nayarit, así como la región transversal que va del sur de Durango al centro de Veracruz.
Zonas asísmicas: son partes muy estables de la corteza terrestre en las que raramente se registran terremotos. Son sobre todo regiones muy antiguas de corteza de tipo continental (escudos).
Se sitúan en la parte norte y noreste de México, en casi toda la península de Baja California y en la península de Yucatán.
Zonas sísmicas de la Ciudad de México
Si bien, la Ciudad de México se encuentra catalogada dentro de la Zona B debido a las condiciones del subsuelo del Valle de México, ésta también se encuentra zonificada en tres regiones de acuerdo con el tipo de suelo:
Zona I, firme o de lomas: localizada en las partes más altas de la cuenca del valle, está formada por suelos de alta resistencia y poco compresibles.
Zona II o de transición: presenta características intermedias entre la Zonas I y III.
Zona III o de Lago: localizada en las regiones donde antiguamente se encontraban lagos (lago de Texcoco, Lago de Xochimilco). El tipo de suelo consiste en depósitos lacustres muy blandos y compresibles con altos contenidos de agua, lo que favorece la amplificación de las ondas sísmicas.
Aunque las zonas epicentrales se localizan en diversos puntos del Pacífico y la Ciudad de México no se encuentra sobre la costa, la capital se ha convertido en el receptor sísmico de todos ellos debido a que se encuentra lo suficientemente cercana para experimentar sus efectos.
La causa de que los terremotos sean más dañinos en la capital mexicana se debe, entre otras cosas, a la naturaleza de su terreno ya que fue fincada en lo que fuera un lago, generando gran preocupación.
¿Por qué México tiene alta sismicidad?
La alta sismicidad en el país, se debe principalmente a la interacción entre las placas de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe, así como a fallas locales que corren a lo largo de varios estados aunque estas últimas menos peligrosas.
Según el SSM, la alta incidencia de sismos en México por la interacción de las placas se debe a que la Placa Norteamericana se separa de la del Pacífico, pero roza con la del Caribe y choca contra las de Rivera y Cocos.
En el caso de los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco, estos presentan mayor sismicidad debido a la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Rivera que subducen con las de Norteamérica y del Caribe sobre la costa del Pacífico.
Y esta misma acción afecta a estados como Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California, Baja California Sur y la Ciudad de México.