La selección de Italia, vigente campeona de Europa, volvió este lunes a vivir su pesadilla, al no pasar del 0-0 en el campo de Irlanda del Norte y al acabar segunda en el grupo C, detrás de Suiza, lo que la obliga a pasar por la delicada repesca de marzo para intentar evitar una nueva ausencia del Mundial tras la de Rusia 2018.
El juego brillante y ofensivo visto en la triunfal Eurocopa hace tan solo cuatro meses es en este momento un viejo recuerdo para el seleccionado de Roberto Mancini, gris, falto de ideas y coraje, y que pagó duramente el penalti fallado por Jorge Frello «Jorginho» en el choque directo del pasado viernes contra Suiza, que pudo darle a los «azzurri» el billete directo para Catar.
Italia se enfrenta ahora a una repesca extremadamente delicada, que prevé unas finales a cuatro, con semifinal y final, con rivales de alto nivel que pueden incluir a Portugal, Polonia o la misma Suecia, el equipo que le impidió, hace cuatro años, participar en el Mundial de Rusia.
Los «azzurri» volvieron a vivir una noche nefasta, en un estadio que no les traía buenos recuerdos.
Porque Windsor Park era un campo maldito para la selección italiana. En este mismo césped, hace 63 años, los «azzurri» perdieron contra Irlanda del Norte la repesca que les dejó fuera del Mundial. Y porque en épocas mucho más recientes, apenas hace cuatro años, Italia había tocado fondo al perder su billete para la Copa del Mundo de Rusia 2018.
El penalti fallado por Jorginho contra Suiza les dejó contra las cuerdas, obligados a aumentar el nivel, a buscar el juego exhibido en el triunfo en la Eurocopa, pero a los «azzurri» volvió a faltarle puntería. Con un tridente ligero integrado por Lorenzo Insigne, Federico Chiesa y Domenico Berardi, Italia apretó, pero sin aprovechar sus oportunidades.
Y es que tras una primera mitad gris, en la segunda Italia fue completamente nula, incapaz de atacar con ideas tácticas claras y se dejó llevar por la tensión y la presión, al tiempo que, desde Lucerna, llegaban las noticias de los goles de Suiza.
El dominio suizo, que no había tenido premio en los primeros 45 minutos, sí lo tuvo en los segundos e Italia llegó al cuarto de hora final contra las cuerdas, con Suiza por delante 3-0 ante Bulgaria y la obligación de anotar dos dianas para sellar el billete directo para Catar.
El seleccionador Roberto Mancini estaba enfurecido y perdió su habitual calma para gritar a sus jugadores «¡Chicos! ¿Al menos un gol lo marcamos?», acompañándolo por expresiones que no cabe traducir.
Pero su rabia era la imagen de una Italia asustada, falta de juego e incapaz de pelear en los balones altos pese a los intentos de Mancini de agregar centímetros a la delantera con Andrea Belotti, Gianluca Scamacca y Federico Bernardeschi.
Una apuesta que no funcionó y que abrió espacios para una Irlanda del Norte que tuvo las mejores oportunidades para marcar, la última en las botas de Conor Washington, quien superó al meta Gianluigi Donnarumma y se topó con Leonardo Bonucci, quien repelió bajo palos su disparo.
El resultado no cambió y el 0-0 de Windsor Park obligará a Italia a pasar por la repesca del próximo martes para evitar una nueva debacle absoluta, tras su ausencia de Rusia 2018.