El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró este miércoles que los autores de provocaciones que amenacen «los intereses fundamentales» de la seguridad de Rusia «se arrepentirán de lo que hicieron como no se han arrepentido de algo desde hace mucho tiempo».
El presidente destacó durante su mensaje anual ante la Asamblea Federal (Parlamento ruso) que las acciones hostiles contra el país «no cesan». De acuerdo con sus palabras, el querer culpar a Rusia «por cualquier motivo y, más a menudo, sin ningún motivo en absoluto» se convirtió en un tipo de «deporte» en algunos países.
En ese contexto, el mandatario declaró que, como en ‘El libro de la selva’ de Rudyard Kipling, unos «Tabaquis pequeños» aparecen «inmediatamente» cerca de los autores de estas acusaciones, como cerca de Shere Khan. «Están aullando para apaciguar a su soberano», afirmó el mandatario.
«Nos comportamos a este respecto con moderación —lo diré directamente, sin ironía— se puede decir, modestamente. A menudo no respondemos no solo a las acciones hostiles, sino a la grosería franca», indicó el jefe de Estado.
Afirmó que Moscú va a establecer por su propia cuenta, en cada caso concreto, «una línea roja» en las relaciones con otros países.
Mientras, el mandatario destacó que Rusia construye sus relaciones con «la gran mayoría» de los Estados, incluidos los países europeos, basándose en el respeto mutuo.
Putin declaró que su país quiere tener buenas relaciones con todos los miembros de la comunidad internacional. «No queremos quemar puentes, pero si alguien percibe nuestras buenas intenciones como indiferencia o debilidad y tiene la intención de hacer explotar estos puentes, debe saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura», destacó.