La Justicia argentina comenzará este viernes a revisar dos teléfonos celulares que pertenecieron a Diego Maradona, fallecido el 25 de noviembre, para analizar una eventual negligencia en su tratamiento médico.
La Fiscalía General de San Isidro investiga el accionar del neurocirujano Leopoldo Luque, el de la psiquiatra Agustina Cosachov, el del psicólogo Carlos Díaz y el de los enfermeros Dahiana Gisela Madrid y Ricardo Almirón.
Maradona, de 60 años, fue ingresado en una clínica de la ciudad de La Plata el 2 de noviembre de 2020 por un cuadro de anemia y deshidratación y un día después fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado por Luque de un hematoma subdural.
El 11 de noviembre recibió el alta médica del sanatorio, pero con una internación domiciliaria para seguir bajo tratamiento.
El 25 de noviembre falleció en un barrio privado de las afueras de Buenos Aires y la autopsia determinó que murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada».
También descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
«Vengo a presenciar la apertura de los teléfonos celulares para que empiece a bajarse la información», dijo a la prensa el abogado de Cosachov, Vadim Mischanchuk al ingresar a la Fiscalía.
Alejandro Cotaro, uno de los tres acompañantes terapéuticos que tuvo Maradona, fue citado a declarar este viernes.
Cotaro lo visitó en la clínica el 8 de noviembre y estuvo en la residencia del exjugador el 13 del mismo mes.
«Ese fue el último día que hubo acompañante terapéutico en la casa. Ese día se levantó bien, puso música en un parlante, se lo veía de buen ánimo, pero a la tarde le cambió el humor y el entorno nos dijo que Diego no quería que haya tanta gente en la casa. Nos pidieron que nos vayamos», explicó a la prensa.
«Teníamos que estar ahí para contener si en algún momento sufría de algún ataque de abstinencia o algo, pero se lo veía bien en ese sentido, al menos hasta el día que estuvo yo. Después no te puedo decir porque no se qué pasó», precisó.
De acuerdo con los resultados de los estudios toxicológicos realizados, el campeón del mundo con Argentina en México 1986 no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo.
La Justicia argentina ya había confiscado y analizado los teléfonos celulares de Luque y Cosachov, señalados como los principales responsables del tratamiento médico que recibió Maradona antes de su deceso.