La Justicia del Reino Unido ha condenado a 10 años de cárcel a un hombre de 25 años tras declararlo culpable de cometer actos de pedofilia, filmarse y compartir las imágenes en la plataforma Kik, informaron medios locales.
Según la investigación, que comenzó en octubre del año pasado, Lewis Tupper invitaba a otras personas a comentar sus videos, entre los que había uno en el que participaba de un acto sexual con una niña, cuya edad no trascendió. Por eso, el fiscal Soheil Khan afirmó que los participantes de esas conversaciones tenían un «profundo interés» en el abuso de menores.
Al ser detenido, el hombre, oriundo de la ciudad inglesa de Wakefield, admitió el delito. «Levanto las manos, lo hice, sé que está mal», comentó en ese entonces. Además, la Policía halló ropa que coincidía con la que había utilizado en el video compartido en la aplicación.
Pese a las evidencias, Tupper declaró en la primera audiencia que no tenía interés sexual por los niños, argumentando que había sido chantajeado. Sin embargo, su alegato fue descartado por la Justicia, ya que no presentó ninguna evidencia al respecto.
Más adelante, durante una segunda cita en la corte, el individuo reconoció el abuso y el hecho de haberlo comentado en Internet. Finalmente, admitió un cargo por violación, dos por producir imágenes indecentes y otros dos por distribuirlas.
El abogado del acusado, Richard Reed, expresó que su cliente aceptó que había cometido un «error catastrófico», que tenía remordimiento y estaba arrepentido. «Entiende que se trata de delitos que la mayoría de la población considera completamente abominables», agregó el legista y mencionó que incluso su familia estaba «absolutamente disgustada» por su comportamiento.
El fallo judicial
No obstante, los argumentos presentados por la defensa de Tupper no impidieron que el juez Simon Batiste decidiera sentenciarlo a 10 años de cárcel, más cinco de libertad vigilada. Asimismo, el magistrado calificó los hechos como «el abuso más enfermizo que se puede imaginar».
Tras descartar la posibilidad de un chantaje, el juez sostuvo que Tupper estaba «bastante claro» que actuó de manera «voluntaria» y que parecía hacerlo «con gran placer». «Lo estaba haciendo porque lo disfrutaba», concluyó.