Kanye West, rapero y candidato independiente a las elecciones presidenciales de EE.UU., publicó un vídeo en su perfil de Twitter en el que aparece orinando sobre un premio Grammy después de mostrar sus contratos discográficos.
El clip de vídeo, que en menos de una hora ha superado los 5 millones de visualizaciones, está acompañado del mensaje «no voy a parar», en referencia a una presunta disputa que el conocido músico mantendría con sus sellos discográficos y por la que se niega a publicar nuevas canciones.
«Universal no me dirá lo que cuestan mis grabaciones porque saben que puedo permitírmelas», afirmó West en una serie de insólitos y chocantes mensajes.
El rapero, que en días anteriores pidió terminar su contrato con los sellos de Sony y Universal, aseguró que hará «todo en su poder legal» y usará «su voz para que cambien todos los contratos de artistas comenzando por obtener sus grabaciones para sus hijos».
West también apeló a otros artistas para que difundieran sus mensajes, como Bono -vocalista de U2-, «Paul» -presumiblemente el ex-Beatle Paul McCartney-, Drake, Kendrick Lamar e «incluso Taylor» Swift -con quien mantiene una pública enemistad-.
Precedidos de una serie de citas bíblicas y referencias religiosas, West publicó los contratos discográficos que ha firmado a lo largo de los años, página a página.
«Gente, me tomó mucho tiempo capturar todos mis contratos. Aquí están», anunció.
Entre sus denuncias contra las discográficas, West menciona «costos ocultos» agrupados bajo «tarifas de distribución» que garantizarían que los sellos ganen más dinero y que están presentes en la mayoría de «contratos estándar» que califica de «trampas».
Toda esta polémica se produce cuando faltan menos de dos meses para las elecciones presidenciales en las que West sigue figurando como candidato, aunque con nulas posibilidades de victoria.
Al mismo tiempo, su pareja Kim Kardashian pidió hace unos meses «compasión y empatía» hacia West, ya que sufre trastorno de biopolaridad.
El nombre de West aparecerá en las papeletas de una docena de estados, como Arkansas, Colorado, Oklahoma y Vermont, donde ha conseguido registrarse dentro de plazo. Todo tras desembolsar unos 7 millones de dólares en tasas.
A pesar de que el músico registró su comité de campaña electoral en la Comisión Federal de Elecciones estadounidense, nunca han sido claras las intenciones reales detrás de su candidatura política, ya que se anunció cuando el plazo para registrarse había expirado en numerosos estados.
Un reportaje de la cadena de noticias CNN aseguró que la iniciativa de West era vista con buenos ojos por parte de algunos miembros del Partido Republicano, ya que los conservadores consideraban que su nombre en las papeletas podría desviar a votantes potenciales del demócrata Joe Biden.
Sin embargo no está claro si su presencia en los pocos territorios que contarán con la candidatura dañarán al aspirante demócrata o al presidente actual, Donald Trump, de quien el propio West se declaró admirador antes de competir en las urnas contra él.