Alemania llevará a cabo un experimento con la renta básica universal, proporcionando dinero a un pequeño grupo de ciudadanos para determinar cómo estos pagos regulares sin condiciones afectan su modo de vivir, y evaluar los beneficios potenciales de expandir esa práctica.
Se otorgarán 1.200 euros (1.420 dólares) al mes a cada una de 120 personas en el marco del estudio piloto destinado a fijar cambios en los patrones laborales y de ocio de los participantes.
Experimentos semejantes han sido realizados en otras partes del mundo, y la idea ha recibido especial atención como método de apoyo a las personas durante la pandemia de coronavirus y los inconvenientes económicos vinculados.
Los partidarios de la idea creen que la asistencia económica regular ayudará a lidiar con la pobreza, flexibilizará las prácticas laborales y permitirá a algunos ciudadanos pasar más tiempo cuidando de sus familiares de edad mayor.
«Quienes se oponen aseguran que el ingreso básico universal llevará a que la gente deje de trabajar para quedarse acostada en el sofá con comida rápida y servicios de ‘streaming'», afirmó a Der Spiegel el investigador Jurgen Schupp, quien lidera el proyecto en el Instituto Alemán de Investigación Económica.
Según él, se puede mejorar esta debate reemplazando los estereotipos con un conocimiento probado empíricamente.
A los 120 participantes los estudiarán frente a un grupo de control de 1.380 personas que no recibirán la renta básica.
Los investigadores esperan atraer a un millón de solicitantes para el próximo mes de noviembre. De ellos se seleccionará a 1.500 personas requeridas para el experimento de tres años de duración, financiado por donantes privados.
El mes pasado la ONU propuso la idea de lanzar una renta básica universal para un tercio de la población mundial, es decir, 2.700 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza en 132 países, con el objetivo de afrontar la crisis económica por la pandemia.