El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró este miércoles en el segundo aniversario de su victoria electoral que es el mandatario mexicano más «insultado» del último siglo y reivindicó que a pesar de ello no ha aplicado la «censura» contra los opositores.
«Nunca en más de un siglo, se había insultado tanto a un presidente de la República y la respuesta ha sido la tolerancia y la no censura», expresó en un discurso conmemorativo desde un salón del Palacio Nacional acompañado de miembros de su gabinete.
Dos años después de su victoria electoral, López Obrador agradeció a sus seguidores por «el apoyo tanto para la victoria como para gobernar enfrentando la reacción conservadora», en referencia al pleito que mantiene a diario con la oposición.
El líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que se convirtió en presidente tras perder en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, reivindicó que bajo su Gobierno «la oposición se manifiesta en libertad» y que «se eliminó la tortura y las violaciones a los derechos humanos» que, a su juicio, aplicaban sus predecesores.
Además, advirtió a la oposición que en los comicios al Congreso y a 15 gobiernos estatales del próximo año estará «atento para que las elecciones sean verdaderamente libres y limpias».
«La democracia implica en primer lugar el respeto al mandato del pueblo, un mandato que en el pasado fue atropellado por prácticas del fraude impulsadas desde la cúspide del poder político y económico», dijo sobre sus derrotas electorales.
«Nada nos va a detener en el propósito fundamental de transformar a México por la vía pacífica, pero de manera rápida y profunda», aseguró en el evento de conmemoración, que a diferencia del año pasado no fue ante una multitud en el Zócalo debido a la pandemia de coronavirus.
Anunció que el 1 de diciembre de este año, cuando se cumpla el segundo aniversario desde su investidura, «estarán establecidas las bases de hacer política» habiendo terminado las reformas legales que prometió en campaña para erradicar la corrupción, su principal promesa electoral.
«Seguiré luchando unido a muchos mexicanos que buscamos desterrar las atrocidades de nuestro querido México, acabar con esta peste que es la corrupción y enfrentar la monstruosa desigualdad social», dijo.
En una mención de logros de su Administración, López Obrador dijo que ya «no se permite la corrupción» y que el robo de combustibles de la petrolera estatal Pemex se redujo un 95 %.
También hizo gala de su plan de austeridad gubernamental, que ha recortado un 50 % los sueldos de los altos funcionarios, y por el cual su Gobierno «dispone de un presupuesto un 70 % menor al ejercitado por la anterior administración».
Además, dijo que se «está haciendo justicia» en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014, dado que su Gobierno reabrió la investigación cerrada por el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) entre críticas.
El 1 de julio de 2018 y tras dos intentos fallidos, López Obrador arrasó en las elecciones presidenciales con el 53 % de los votos, siendo el primer mandatario izquierdista en décadas, y su partido, Morena, ganó la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado.