El Obispo de la Diócesis de Victoria, Antonio González Sánchez, expresó su preocupación porque la inseguridad se haya extendido a las casas de migrantes de Tamaulipas.
El líder de la Iglesia Católica lamentó el secuestro del sacerdote Aarón Méndez, de la Casa del Migrante AMAR, de Nuevo Laredo; tema del que admitió no tiene mucho conocimiento.
“No sabía pero que triste, por más que se diga que la violencia se está acabando está cada vez está peor y no es porque haya sido un sacerdote sino que la violencia sigue, los secuestros, los robos, los homicidios siguen, la inseguridad ahí está en todo nuestro país y en Tamaulipas también se acrecienta en la frontera”.
De nueva cuenta criticó y reprobó el nulo apoyo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador da a estos albergues los cuales únicamente brindan ayuda humanitaria a los indocumentados que necesitan de un techo o de un pan para alimentarse.
“Sí, ustedes lo saben, se ofrece un apoyo, ayuda humanitaria, no se les cobra nada simplemente un apoyo a gente que de pronto necesita un techo, sopa caliente; es una obra de caridad que hace la iglesia”.
Por lo que consideró inútil pedir a las autoridades federales protección o medidas de seguridad para las casas de migrantes porque lo que está haciendo esta administración es dejar toda la responsabilidad a los gobiernos de los estados.
“No, para que, esto sería como predicar en el desierto; nuestro presidente no….”.
Comentó que este acontecimiento demuestra como en todo el país no cesa la escalada de violencia e inseguridad que se refleja en cada vez más secuestros, homicidios y extorsiones, entre otros delitos de alto impacto.
El sacerdote Aarón Méndez, de la Casa del Migrante AMAR, fue privado de su libertad la semana pasada por integrantes del crimen organizado. Los criminales aparecieron en el albergue con la intención de llevarse a algunos migrantes cubanos a fin de pedir un rescate por ellos a las familias pero el religioso se negó a entregarlos y por esa razón se lo llevaron.