Era lunes por la tarde en junio de 2017 cuando Renee Holland estaba en el Aeropuerto Internacional de Filadelfia, envuelta en una bandera estadounidense, a la espera de un soldado del que se había hecho amiga en Facebook.
Holland, una mujer casada de 56 años, había conducido dos horas desde Delaware para recogerlo. Debido a su amistad en línea, ella le había enviado al soldado una canasta de productos básicos y miles de dólares en tarjetas de regalo. También le había transferido 5000 dólares para boletos de avión con el fin de que regresara a casa.
Ahora estaba en el aeropuerto en busca de un hombre musculoso y tatuado de uniforme, justo como lo había visto en sus fotografías de Facebook. Sin embargo, el vuelo no estaba en el tablero de llegadas del aeropuerto. Un distribuidor de boletos le dijo que ese vuelo ni siquiera existía.
Holland dijo que quedó aturdida. Caminó a su auto, que tenía la frase “Bienvenido a casa” escrita en las ventanas, y sollozó. Había gastado gran parte de los ahorros de su familia en el soldado fantasma. “No puedo regresar a casa y decírselo a mi esposo”, recordó haber pensado. Condujo hasta un centro comercial al aire libre, compró pastillas para dormir y vodka, y se tomó toda la mezcla.
El hombre de las imágenes de Facebook no tenía idea de quién era Holland. Se trata del sargento Daniel Anonsen del Cuerpo de Marines y quien había abierto su cuenta en la red social una década antes para mantenerse en contacto con amigos y familiares en Maryland. Ahora estaba enfrentándose a decenas de cuentas de impostores en Facebook que usaban fotografías robadas de él; en el gimnasio, en la boda de su hermano y en Afganistán.
“Por cada una que borraba, aparecían diez más”, dijo. “Se me revuelve el estómago”.
Holland y Anonsen representan dos partes distintas de un fraude que ha prosperado en Facebook e Instagram, en el que los estafadores se hacen pasar por militares estadunidenses para engañar a mujeres vulnerables y solas con el fin de sacarles dinero. Esta modalidad de engaños ha implicado a las fuerzas armadas de Estados Unidos y ha defraudado a miles de víctimas; en el camino ha quedado manchada la reputación de soldados, aviadores, navegantes y marinos. La estafa también ha resultado en tragedias.
El ardid destaca por su desfachatez. Aunque los fraudes han proliferado en Facebook durante años, quienes encabezan las estafas románticas con “militares” no solo están sacando provecho de una de las compañías más influyentes del mundo, sino también de las fuerzas armadas más poderosas, y lo están haciendo con éxito. Muchos estafadores operan desde sus celulares en Nigeria y otros países africanos; operan con varias víctimas al mismo tiempo. En entrevistas en Nigeria, seis hombres le dijeron a The New York Times que los fraudes románticos eran lucrativos y no implicaban grandes riesgos.
“Definitivamente, uno siempre tiene conciencia”, dijo Akinola Bolaji, de 35 años, que ha engañado a la gente en línea desde que tenía 15 años con estafas que incluyen hacerse pasar en Facebook por un pescador estadounidense llamado Robert. “Sin embargo, por la pobreza uno no siente el dolor” de defraudar.
Desde hace mucho, Facebook ha tenido la misión de “conectar al mundo”. Sin embargo, en el proceso, ha creado un lugar global de reunión en el que los delincuentes superan en número a los policías.
Para los cibercriminales, Facebook se ha convertido en una tienda en la que pueden encontrarlo todo. Tiene muchas fotografías de miembros del servicio militar estadunidense y crear un perfil falso puede ser sencillo. Los grupos en Facebook de mujeres solteras y viudas son un blanco perfecto para los estafadores. Los timadores pueden enviar mensajes a cientos de posibles víctimas. Además, se reúnen en sus propios grupos de Facebook para vender cuentas falsas, imágenes alteradas y guiones para llevar a cabo los engaños.
“Hay muchas personas que están solas, recién divorciadas, quizá viudas”, dijo Kathy Waters, directora de un grupo de defensa contra estos fraudes, llamado Advocating Against Romance Scams (defensa en contra de los fraudes románticos). “Todos quieren a alguien a quien amar, que los escuche, con quien comunicarse. Y estos estafadores saben qué decir”.
Facebook señaló que elimina los perfiles falsos con la ayuda de un programa, de revisores humanos y gracias a las denuncias de los usuarios. Su programa también busca timadores y bloquea las cuentas hasta que los usuarios puedan demostrar su identidad. Tiene un video con el que advierte a la gente sobre las estafas.
Facebook dijo que le solicita a la gente que use su verdadera identidad en sus sitios. Para eliminar las cuentas de impostores, ha invertido en tecnología y en contratar a más revisores humanos. La empresa trabaja con las autoridades para ir tras los estafadores. La red social indicó que miles de millones de cuentas falsas de Facebook fueron bloqueadas a lo largo del último año pasado, aunque su cálculo del número de cuentas falsas activas ha aumentado constantemente hasta alcanzar aproximadamente los 120 millones. La empresa rechazó revelar las cifras para Instagram.
“No hemos terminado ese pendiente y estamos comprometidos con compartir nuestro progreso”, comentó Facebook mediante un comunicado.
Kim Joiner, asistente adjunta del secretario de Defensa que supervisa las cuentas de redes sociales de las fuerzas armadas, primero dijo que su equipo trabaja con Facebook para eliminar a los impostores y que se sentía complacida por la respuesta de la compañía.
Cuando The New York Times le mostró que una búsqueda de tres generales estadounidenses de alto rango en Facebook e Instagram dio como resultado a más de 120 imitadores, Joiner dijo que la situación era “perturbadora”. Agregó que no sabía por qué no habían eliminado las cuentas falsas.
“Esas cifras son sorprendentes”, comentó.
No hay cifras precisas de cuántos miembros militares y civiles se han visto afectados. El FBI dijo que en 2018 recibió casi 18 mil 500 quejas de víctimas de fraudes románticos o engaños similares, con pérdidas reportadas que superan los 362 millones de dólares, un aumento del 71 por ciento en comparación con 2017.
El caso de Holland
Los amigos y los familiares de Renee Holland la recuerdan como una mujer confiada e impulsiva.
Cuando murió su madre en septiembre de 2016, Holland estaba deprimida y con tiempo libre, pues antes se dedicaba al cuidado médico de su madre. Notó que su hermana se la pasaba pegada a su teléfono celular, en Facebook. Así que Holland también compró un teléfono y creó una cuenta en la red social.
Algunas semanas después, recibió un mensaje de un desconocido. El perfil mostraba a un hombre con uniforme llamado Michael Chris, que le dijo a Holland que desarmaba bombas en Irak.
Holland dijo en una entrevista que en un principio se sintió inquieta, pero la conversación continuó: Chris le contó sobre la vida en la guerra y le dijo que ella lo hacía reír.
“Él se la pasaba diciéndome: ‘Eres muy graciosa. Me ayudas a saber que hay alguien en casa con quien puedo hablar’”, dijo Holland. “Me encantaba la sensación de hacer sentir mejor a alguien”.
Lo que Holland no sabía era que el hombre que aparecía en las fotos como Chris en realidad era Anonsen y que las imágenes que usaba estaban esparcidas por toda la red.
Anonsen empezó a darse cuenta de que había algo raro en 2010, cuando notó cientos de mensajes de mujeres desconocidas en una bandeja de mensajes no solicitados. Muchas le decían que lo amaban y le preguntaban por qué después de tantos meses de corresponder ya no les escribía nada.
Anonsen, confundido, buscó su propio nombre en Facebook y encontró decenas de perfiles de impostores.
Cuando el Times hizo búsquedas similares, con variaciones del nombre de Anonsen, encontró 65 perfiles de Facebook e Instagram con sus fotografías. El Times denunció las cuentas falsas y, en un transcurso de seis meses, veinticuatro de los perfiles falsos fueron eliminados.
Muchas cuentas más han utilizado las fotografías de Anonsen con nombres distintos. Una usaba el nombre Michael Chris, el perfil que comenzó a enviarle mensajes a Holland a finales de 2016.
Varios meses después de haber comenzado sus conversaciones en línea, Chris le pidió dinero a Holland. Ella le compró tarjetas de regalo de iTunes para que, según él, pudiera adquirir más minutos de internet para su celular. Le envió dinero para que comprara cerveza el día de su cumpleaños. Además, pagó la medicina para la que, según él, era su hija enferma, Annabelle, en California.
En junio de 2017, Holland le transfirió 5000 dólares para que Chris y un amigo volaran a Filadelfia desde Irak. Chris prometió devolverle el dinero cuando llegara allá. Jamás llegó.
En ese momento fue que Holland tomó la combinación de vodka y pastillas para dormir. Días después, despertó en la cama de un hospital. “Abres los ojos y la persona que menos querías enfrentar está sentada a tu lado”, dijo el año pasado. “Mark”, comentó, el nombre de su marido.
Mark Holland sabía que su esposa tenía un amigo Facebook con quien se comunicaba seguido, pero dijo que no fue hasta entonces que se dio cuenta de que la relación de Renee Holland con ese hombre había ido más lejos de lo que creía.
“Estaba muy enojado”, dijo Mark Holland, de 53 años, en una entrevista el año pasado. “Pero también sentía un poco de compasión porque sabía lo mal que se sentía ella”.
Cuando Renee Holland regresó a casa tras salir del hospital, se tensaron las relaciones con su esposo y su padre, entonces de 82 años y a quien ella estaba cuidando. Pero había una persona que seguía hablándole: Chris.
Dijo que “quería compensarme”, dijo Holland. “Me juró que iba a llegar, sentarse ahí, mirar a los ojos a mi esposo y decirle lo mucho que lo sentía para después devolverle el dinero”.
Holland comentó que en ese momento estaba casi convencida de que sí era una estafa, pero que Chris le juró que se había retrasado debido a un operativo militar. Le envió fotografías nuevas en las que el supuesto Chris aparecía lesionado, así como documentos que mostraban que la aseguradora le enviaría pagos cuantiosos.
Prometió que le reembolsaría a Holland más de lo que había perdido y que ella solo tenía que ayudar al soldado a regresar a casa.
Dos veces más, Holland le envió dinero para el avión, en parte con tarjetas de crédito, sin que su marido lo supiera. Chris jamás apareció.
Los Holland perdieron de 26.000 a 30.000 dólares. El año pasado intentaron comenzar de nuevo: se mudaron a Fort Pierce, Florida.
Sin embargo, las tensiones y los conflictos entre la pareja crecieron. En agosto de 2018 Mark Holland fue arrestado por cargos de violencia doméstica, según consta en un informe policiaco. Renee Holland luego retiró los cargos.
Y el 23 de diciembre de 2018, Mark Holland disparó y asesinó a Renee Holland y al padre de la mujer en su nueva casa en Florida. Mark después se suicidó.
La oficina del alguacil del condado de St. Lucie, Florida, dijo que no encontraron indicios claros del motivo.
Jack Nicas reportó desde Fort Pierce, Florida; desde Washington, D.C.; desde Nueva York; Seattle; San Francisco; Belton, Misuri, y desde Lagos y Owerri, en Nigeria. Bukky Omoseni y Mayowa Tijani colaboraron con el reportaje desde Lagos. Tony Iyare colaboró con el reportaje desde Owerri. Susan Beachy colaboró con la investigación.