Las fracturas políticas en la UE se agravarían bajo un segundo mandato de Donald Trump, que rompería la unidad transatlántica respecto a la guerra en Ucrania, debilitaría a la OTAN y daría alas al populismo ultraconservador en el bloque.
Según expertos consultados por EFE, ese sería el panorama si las elecciones del próximo martes en Estados Unidos se resuelven a favor del expresidente Trump, que también promete generar un nuevo terremoto en la relación comercial con la Unión Europea (UE).
“Veremos a un Donald Trump mucho más desatado”, aseguró a EFE el director para Europa del centro de estudios estadounidense Atlantic Council, Jörn Fleck.
Sin la posibilidad de ser reelegido en 2028 -la Constitución estadounidense lo impide-, es probable que Trump se sienta más libre que en su primer mandato a la hora de seguir sus impulsos y cumplir promesas que pueden afectar profundamente a la economía y la seguridad europeas.
Si vuelve a la Casa Blanca en enero, Trump se encontraría con una Europa “que no está en la mejor forma”, con los gobiernos de Francia y Alemania debilitados por la pujanza de la extrema derecha y una economía que no logra pisarle los talones a las de EE.UU. y China, recordó Fleck.
El republicano tendría un aliado clave en Hungría, donde el primer ministro Viktor Orbán ha prometido que si gana abrirá “muchas botellas de champán”, y probablemente también en Austria, Eslovaquia y en la Italia de Giorgia Meloni.
“Trump intentará usar a líderes populistas como Orbán para dividir a la UE y lograr sus objetivos en Europa”, dijo a EFE el director para Estados Unidos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), Jeremy Shapiro.
A su vez, esos líderes ultraconservadores “recibirán apoyo político de Estados Unidos en sus pugnas con Bruselas”, lo que “debilitará la unidad de la UE” y podría tener un impacto en elecciones como las de Alemania en 2025 y Francia en 2027, auguró.
El desafío más inmediato tendría que ver con la guerra en Ucrania: Trump ha prometido negociar un acuerdo de paz “en 24 horas” si es elegido, una improbable hazaña en la que Orbán ha expresado una confianza ciega y que inquieta a Kiev.
La estrategia de Trump para hacerlo se filtró en abril al diario Washington Post: pretende presionar a Ucrania para que ceda a Rusia la penísula de Crimea y la región fronteriza del Donbás, con la esperanza de que Moscú acceda así a firmar la paz.
Es más que probable que la UE rechace un plan semejante, pero eso no disuadiría a Trump, que seguiría adelante “sin el beneplácito de los europeos”, pronosticó Fleck.