Las autoridades panameñas detuvieron este martes a varios jugadores en Panamá por el supuesto amaño de partidos en la Liga Panameña de Fútbol (LPF) y en la Segunda División de Panamá (Liga Prom), después de que hace un año la propia Federación Panameña de Fútbol (Fepafut) denunciase que llevaba tiempo tratando de combatir esta lacra.
La Fiscalía Primera contra la Delincuencia Organizada y la Policía Nacional llevaron a cabo los arrestos como parte de la ‘Operación Garra’, relacionada con la denuncia de la Fepafut «en contra de jugadores que estaban amañando partidos en la liga profesional, LPF, y en la Liga profesional Prom», explicó el Fiscal Superior contra la Delincuencia Organizada, Emeldo Márquez.
«Ante esta investigación, el Ministerio Público ha girado órdenes de aprehensiones, las cuales se están haciendo efectivas en la mañana de este martes por un delito contra el orden económico», afirmó Márquez en un mensaje de vídeo difundido por la Procuraduría General de la Nación.
La propia Fepafut detalló, en un comunicado, que este martes se dio «un hecho histórico» en el fútbol panameño «con la aprehensión de algunos jugadores y un exjugador con fines de una investigación penal» por casos de manipulación de partidos, una situación que había denunciado ya el presidente de la Federación, Manuel Arias, en una rueda de prensa el 17 de agosto de 2023.
«Desde este momento, las personas involucradas quedan suspendidas temporalmente de toda actividad que tenga que ver con el fútbol federado en Panamá mientras continúen las investigaciones del Ministerio Público», anunció la Fepafut.
Y anotó: «La Federación Panameña de Fútbol quiere dejar claro que se toma muy en serio todos los temas relacionados a la integridad del deporte y reitera su posición de cero tolerancia contra las malas prácticas en el fútbol».
Hace un año, Arias ya había advertido durante la rueda de prensa que «muchos jugadores» habían sido separados o suspendidos por su posible implicación en estos amaños, y que llevaban dos años y medio, con la creación de una Oficina de Integridad en la Fepafut, tratando de combatir algo que «es parte de la vida del fútbol» en todos los países en donde este deporte se profesionaliza.
La polémica había estallado días antes en el país centroamericano, después de que el entrenador panameño Gary Stempel denunciara que hacía más de un año que en Panamá se producían amaños de partidos, algo que definió como «una crisis del fútbol panameño».