La falta de agua que ha afectado en los últimos meses al norteño estado mexicano de Nuevo León debe ser “un llamado de atención” nacional, pues varias entidades del país están en riesgo de pasar por esta misma situación próximamente, alertó José Luis Luege Tamargo, extitular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En entrevista con Efe, Luege Tamargo señaló este jueves que la contingencia de escasez de agua es preocupante porque este estrés hídrico no está solo en ciudades como Monterrey, capital de Nuevo León y segunda urbe más poblada del país.
“Lo que pasa en Monterrey debería ser tema de seguridad nacional, porque no es solo esa ciudad, la Ciudad de México debería estar también en contingencia hídrica”, advirtió.
El presidente de la asociación Ciudad Posible ejemplificó que, a diferencia de Monterrey, donde el abasto se debe garantizar a 6 millones de habitantes, en la capital mexicana y su zona conurbada son 22 millones de personas las que dependen de los mantos acuíferos del Valle de México que, aseguró, están sobreexplotados.
Luege Tamargo precisó que la situación crítica de escasez de agua en Monterrey es resultado, entre otros factores, de la crisis climática.
“La tierra en este momento vive una emergencia planetaria como consecuencia del cambio climático, el agravio a la biodiversidad y la contaminación y eso afecta principalmente al agua, lo que es además un reto para todos los Gobiernos del mundo”, expresó.
Recordó que los efectos de la crisis climática llevan a puntos extremos como sequías, huracanes y tormentas tropicales extremas.
“No hemos logrado un equilibrio ambiental”, lamentó.
El exfuncionario detalló que la mitad del abasto de agua en Monterrey depende de fuentes artificiales: las presas Cuchillo, Cerro Prieto y La Boca. Estas dos últimas están en el nivel históricamente más bajo y el Cuchillo, además de su bajo nivel, debe abastecer a una parte de Tamaulipas.
Mientras que el otro 50 % proviene de pozos profundos, someros y un manantial, así como fuentes superficiales de galerías filtrantes.
“Pero debido al abatimiento de las presas es que existe el desabastecimiento en la zona metropolitana de Monterrey, derivado de una sequía excepcional durante el año pasado y las pocas lluvias del presente”, comentó.
No obstante, recordó que hay otros estados como el central Aguascalientes que viven también “una situación muy crítica”.
Afirmó que en el caso de Nuevo León, como de otros estados, ha hecho falta previsión para tomar decisiones de carácter político para invertir en programas de riego, pues es en la agricultura donde se desperdicia el 70 % del agua “y no son las empresas, como se piensa”, agregó.
NECESARIO TOMAR ACCIONES
El especialista criticó que los Gobiernos tanto federal como locales rechacen la inversión y prefieran la desviación de recursos entregando dinero directamente a la gente, cuando deberían destinarlo a servicios como el agua, que es un tema “más importante y trascendente”.
Señaló que es fundamental retomar la Agenda 2030, “una visión a largo plazo y tener una mejor administración de cuencas”.
Asimismo, dijo, se debe lograr una mayor eficiencia en el uso del agua “industrial, doméstico y agrícola, el mayor reto son las unidades de riego”, además de tener una tecnificación “al máximo, invertir en organismos tecnificados, con personal técnico calificado”.
Recordó que la parte industrial ha tomado acciones y ha hecho esfuerzos al implementar ciclos cerrados con balance neutro “reciclan el agua”.
Aunado a ello, indicó, debe haber una inversión sostenida anual dirigida a infraestructura, presas, acueductos, plantas tratadoras.
“Debe haber un llamado de atención nacional sobre el agua, e inversión en infraestructura pues de no ser así vamos a una catástrofe”, concluyó.