El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha descartado este martes el envío de militares rusos a Afganistán, a una guerra de «todos contra todos», y ha subrayado que Moscú «ha aprendido la lección» de la época de la Unión Soviética, cuando se produjo la invasión del país asiático.
Putin ha reconocido que la situación en Afganistán es «alarmante». «Seguimos de cerca la situación», ha dicho, durante un congreso de su partido, Rusia Unida, en la que ha dejado claro que no tiene ninguna intención de «interferir» en lo que considera un «asunto interno», en alusión al caos político afgano.
«Nuestras Fuerzas Armadas no se verán arrastradas a este conflicto de todos contra todos», ha sentenciado, informa la agencia de noticias TASS.
Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha abierto la puerta a una posible reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en línea con lo propuesto con otros líderes como el francés Emmanuel Macron. «Seguimos comprometidos con la tarea de establecer la paz y la estabilidad en Afganistán, para que este territorio no represente una amenaza para toda la región», ha dicho el jefe de la diplomacia rusa durante una visita a Budapest, según la agencia Sputnik.