La UEFA anunció oficialmente que Bilbao y Dublín se caen de la lista de ciudades-sede de la Eurocopa por la falta de garantías sobre la presencia de espectadores en sus estadios, mientras que Sevilla se añade a las anfitrionas, asumiendo la organización de los partidos previstos en la ciudad vasca.
Los encuentros programados en Dublín en esa Eurocopa, que se disputa del 11 de junio al 11 de julio, se dividirán ahora entre San Petersburgo y Londres, dos de las sedes ya confirmadas del torneo.
La alemana Múnich era la otra ciudad anfitriona cuya continuidad estaba amenazada pero finalmente fue confirmada.
Además de Londres y San Petersburgo, las otras ciudades del proyecto inicial que ya tenían seguro continuar como sedes eran Bakú, Roma, Bucarest, Glasgow, Copenhague, Budapest y Ámsterdam.
La Eurocopa se debía disputar en 2020 pero fue finalmente retrasada un año por la pandemia del covid-19.
La organización en 12 ciudades-sede, una fórmula novedosa, fue impulsada en su día por Michel Platini cuando era presidente de la UEFA. Inicialmente la idea eran 13 ciudades, pero a finales de 2017 se cayó del proyecto Bruselas por los obstáculos para la construcción de su gran estadio.
Tras las decisiones de este viernes, la Eurocopa se jugará finalmente en 11 ciudades.
El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, celebró «poder garantizar un entorno seguro y festivo», con espectadores «en todos los partidos» en porcentajes que varían según las ciudades.
La presencia de un cierto número de público era una exigencia de la UEFA desde marzo, a pesar de la crisis sanitaria, y ha terminado motivando el adiós de Bilbao y Dublín.
«Tenemos algo de trabajo por delante, recomenzamos con la concentración, los viajes, toda la logística», escribió por su parte en Twitter el polaco Zbigniew Boniek, vicepresidente de la UEFA, antes incluso de la decisión oficial.
La exclusión de Bilbao había sido ya avanzada el miércoles por las autoridades vascas (Ayuntamiento de Bilbao, Diputación de Vizcaya y gobierno del País Vasco), que emitieron un comunicado revelando que habían recibido la decisión oficial y «unilateral» de la UEFA, a la vez que mostraron su desacuerdo.
Las medidas contra la pandemia decididas por el gobierno regional del País Vasco hacía muy improbable la presencia de espectadores en los partidos previstos en el estadio bilbaíno de San Mamés.
La posibilidad de que el estadio de La Cartuja de Sevilla ‘heredara’ los partidos de Bilbao sonaba con fuerza en la prensa en los últimos días.
Allí disputará ahora España sus partidos de la fase de grupos, contra Suecia, Polonia y Eslovaquia.