En Tennessee (EE.UU.), una familia remodelaba su nuevo hogar y echaba abajo viejas paredes cuando, dentro de una de ellas, aparecieron un par de gatas hermanas y huérfanas, de unas dos o tres semanas de edad. Y lo que entonces más llamó la atención de los recién mudados fue el rostro de la felina a la que pronto llamaron Apricot, una gatita con una faz bicolor perfectamente dividida por la mitad.
Debido a su extraña y peculiar apariencia, es probable que se trate de una gata quimera genética, creen los expertos. Esta rara condición se produce cuando dos embriones se fusionan, lo que causa que las células de los animales que experimentan esa condición contengan dos tipos de ADN.
Una vez rescatadas, Apricot y su hermana Pretzel fueron llevadas a un centro de salvamento de gatos en la ciudad de Nashville, dónde fueron rápidamente adoptadas por una voluntaria que les ha brindado un hogar de paso hasta encontrarles un alojamiento definitivo.
En su hogar temporal, las felinas fueron recibidas por Olive y Pickle, una pareja de gatas que poco antes fueron rescatadas mientras estaban embarazadas y dieron a luz a sus camadas con pocos días de diferencia, por lo que ambas intercambian cachorros y cuidan de los de la otra como si fueran propios. Ambas madres, según cuenta Kiki, la mujer que las adoptó, recibieron cálidamente a las pequeñas hermanas halladas dentro de una pared.