Los espectadores asistieron a la ceremonia en la que se prendió fuego a la instalación, de 24 metros de alto y fabricada con enredaderas y heno.
La quema de este ‘castillo del coronavirus caníbal’, como se llamó a la instalación artística, trataba simbolizar la esperanza en poder superar la pandemia de covid-19.
La celebración de las festividades de la Máslenitsa, que dura una semana, precede al ayuno más significativo del año ortodoxo, la Cuaresma, que también conmemora la llegada de la primavera. Durante la semana de Máslenitsa la gente come ‘bliný’, tortitas de harina y huevo, uno de los elementos más característicos y populares de esta tradición.