México investiga si algún funcionario o agente de migración está vinculado con el caso de las 19 personas asesinadas hace diez días al este de la frontera con Estados Unidos porque el vehículo en el fueron localizados los cuerpos podría haber estado en poder del Instituto Nacional de Migración.
Los cadáveres fueron encontrados el 22 de enero en una camioneta calcinada en un camino de terracería en la localidad de Camargo, en el estado de Tamaulipas, junto a la frontera con Texas. Se presume que las víctimas eran migrantes pero, hasta el momento, la Fiscalía del estado sólo ha identificado a dos ellos como originarios de Guatemala.
La camioneta tipo pick up tenía 113 impactos de bala y según algunas informaciones, el vehículo había sido asegurado poco antes por el INM.
nvestigan probable participación del INM en la masacre
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, informó que se investiga «cómo o por qué el Instituto Nacional de Migración tenía esta camioneta, si es que la tenía y si hay o no alguna responsabilidad de algún servidor público, sobre todo del Instituto Nacional de Migración» en los hechos.
Se desconoce por qué las 19 personas fueron asesinadas y sus cuerpos quemados. Del total, 16 eran hombres y había una mujer, pero no se ha podido determinar el sexo de los otros dos cadáveres debido a la calcinación de los restos.
Parientes de un grupo de migrantes que salieron del departamento de San Marcos, en el suroeste de Guatemala, están convencidos de que 13 de las 19 víctimas son sus seres queridos.
Último contacto con familiares
Algunas de esas familias dijeron haber recibido llamadas del traficante que trasladaba al grupo de 10 hombres y tres mujeres hacia el norte, quien les comunicó que sus parientes estaban muertos. Las familias afirmaron haber perdido comunicación con sus parientes alrededor del 21 de enero.
Otros dos cadáveres identificados son de mexicanos, informó el fin de semana la Fiscalía de Tamaulipas.
Sánchez Cordero subrayó que se está avanzando en la pesquisa y que existe una comunicación permanente con las autoridades guatemaltecas con el objetivo de «tener una investigación muy legítima, muy sólida de todas las evidencias».
La localidad de Camargo es desde hace tiempo un territorio en disputa entre grupos delictivos rivales y un punto importante para el tránsito de narcóticos y migrantes.
El ataque trajo a la mente la masacre de 72 migrantes ocurrida en agosto de 2010 también en Tamaulipas cuando miembros del cártel de los Zetas detuvieron dos camiones con migrantes, principalmente centroamericanos, los llevaron a un rancho en la localidad San Fernando y como se negaron a trabajar para ellos los asesinaron.