Pocas personas trabajan no por dinero, sino por amor a su profesión. Este es el caso de la británica Elaine Thompson, que 25 años después de ganar 2,7 millones de libras esterlinas (unos 3,6 millones de dólares) en la lotería, no quiere dejar su trabajo, que consiste en reponer productos en los estantes de un supermercado en Killingworth (Inglaterra), reportan medios locales.
A sus 61 años y a pesar de tener asma, Elaine se levanta cada día a medianoche para empezar su jornada laboral a las 2 de la madrugada. No dejó de trabajar ni siquiera durante la cuarentena por el coronavirus, a pesar de los peligros que ello entrañaba para su salud. La mujer dice que trabajar le ayuda a mantenerse con los pies en la tierra.
Elaine y su marido Derek se volvieron millonarios en diciembre de 1995, cuando sus hijos Gary y Karen tenían 5 y 10 años de edad. En aquel momento, la mujer decidió seguir trabajando para ser un ejemplo para sus vástagos. «Es importante que los niños te vean trabajando duro y entiendan que no obtenemos nada en la vida sin trabajar duro», explicó Elaine.
Lo primero en lo que la pareja invirtió el dinero fue en la compra de un coche nuevo y 3 caballos de carreras. Luego pagaron los estudios de sus hijos y les compraron una casa a cada uno. Asimismo, a Elaine y Derek les gusta viajar de vez en cuando a EE.UU. para ir de vacaciones a Las Vegas.
Un cuarto de siglo después de haber obtenido el premio millonario, la familia no tiene problemas de dinero y Elaine no necesitaría trabajar, pero lo sigue haciendo por que le gusta y porque, según ella, tiene «el mejor empleo del mundo».