Ghislaine Maxwell, expareja y socia del multimillonario Jeffrey Epstein, que en agosto de 2019 fue hallado sin vida en una cárcel de Nueva York mientras esperaba a ser juzgado por tráfico sexual, fue arrestada este jueves por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Bradford (Nuevo Hampshire, EE.UU.), informa Reuters.
El fiscal de EE.UU. para el Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss, comunicó que anunciará los cargos contra Maxwell más tarde este jueves «por su papel en la explotación sexual y el abuso de múltiples niñas menores» por el magnate.
Los fiscales federales señalaron que Maxwell «atrajo y provocó que víctimas menores viajaran» a las residencias de Epstein y ayudó en su «preparación y sometimiento a abuso sexual».
Además, según documentos judiciales, Maxwell era «muy consciente» de la preferencia de Epstein por las niñas menores de edad, y de que el multimillonario tenía la intención de abusar sexualmente de ellas.
Se prevé que Maxwell comparezca ante el tribunal más tarde este jueves. La expareja de Epstein había permanecido fuera del ojo público desde el presunto suicidio del magnate en agosto de 2019.
¿Cuál fue el papel de Maxwell?
El pasado 27 de mayo, Netflix estrenó una serie documental de cuatro episodios titulada ‘Jeffrey Epstein: Filthy Rich’, que podría traducirse como ‘Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico’, en la que se relatan los presuntos delitos cometidos por Maxwell en relación con el multimillonario estadounidense.
Por ejemplo, se afirma que la mujer reclutó a una chica de 15 años llamada Virginia Roberts para trabajar como masajista para su pareja. Además de masajes eróticos, Maxwell la habría ordenado tener relaciones sexuales con el príncipe Andrés de Inglaterra y otras personas de la realeza, «incluida una orgía».
En julio de 2019, el FBI allanó la mansión de Epstein en Nueva York y lo arrestó. Un mes después fue hallado sin vida en una cárcel de Nueva York, aparentemente tras haberse suicidado mientras esperaba un juicio por los cargos de tráfico sexual.
El pasado noviembre, el propio príncipe Andrés renunció como miembro de la realeza por su posible vínculo con el multimillonario estadounidense, si bien ha negado siempre cualquier irregularidad.