Una red de refugios de animales de Estonia ha compartido una enternecedora historia de un gato viajero que despareció hace tres años y milagrosamente volvió este invierno cuando su dueño ya lo daba por muerto.
El protagonista, Ludwig, reapareció solo, triste y descuidado debajo de las ventanas de un bloque de viviendas de Vorumaa, y una anciana que vivía en uno de los pisos se apiadó de él y empezó a darle de comer. La mujer no sospechaba que podría tratarse de una mascota perdida, y para ella Ludwig era un gato callejero de tonos anaranjados con blanco sin nombre propio.
Luego la salud de la anciana empeoró y la mujer acabó en un hospital, pero no dejó al felino a merced del destino y pidió ayuda a las autoridades locales, que a su vez llevaron a Ludwig a un refugio de animales. Lo primero que hicieron los empleados del centro fue comprobar si el gato tenía un microchip identificativo, y resultó que sí.
Así, descubrieron que se llama Ludwig, que tiene 13 años y siete meses, y contactaron con su supuesto dueño al marcar el número de teléfono indicado en los datos del chip. Sin embargo, aquella persona explicó que cuidaba del gato solo de forma temporal y que su dueño era otra persona.
El personal del refugio logró localizar al verdadero dueño de Ludwig, que se sorprendió mucho al enterarse de que el felino aún estaba vivo. El hombre contó que el minino desapareció hace tres años, y tras varios meses de búsqueda infructífera pensó que le había pasado algo malo. Lo había traído desde Alemania junto con otro gato que sigue viviendo en su casa a día de hoy.
Afortunadamente, Ludwig el viajero ha regresado al calor de su hogar y por fin se ha reunido con los suyos. Solo queda esperar que el felino entrado en años no ose tentar al destino otra vez.