En medio del dolor y la impotencia, la familia Olivares realizó este mediodía el sepelio de los familiares abatidos por la delincuencia organizada el sábado por la noche en Reynosa.
El cortejo fúnebre partió de las capillas Valle de la Paz de Reynosa, con custodia de unidades Sancat de la Policía Especial Estatal y de patrullas de la Policía Estatal, sobre la carretera se incorporaron patrullas de la Policía Federal.
La columna de vehículos que acompañaban las carrozas contó con protección y extrema seguridad, lo que indignó a los parientes, quienes expresaban que «ya para qué» tanta patrulla.
Cuando llegó el cortejo al único panteón de la zona sur, el cementerio «Guadalupe» de Congregación Garza se procedió de inmediato a la despedida de los occisos, el señor José Octavio y una señora, ambos mayores de 60 años, y la adolescente de 14 años.
En el ataque de los delincuentes contra la familia Olivares también resultaron heridos de bala las mujeres menores Esbeydi, Brenda y Guadalupe, de 7, 11 y 16 años, además de la señora Norberta Olivares de 73.
«La gente está muy dolida, toda la vida aquí y esto empezó a descomponerse desde hace un año, y nadie hizo nada. Yo tenía seis meses sin venir», exclamó un joven lugareño.
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