Porque todo ser humano tiene derecho a la protección de su salud en condiciones de dignidad, el Senado de la República aprobó reformar el artículo 4º constitucional que permite la incorporación de los cuidados paliativos en los casos de enfermedades en situación terminal, limitante o que pongan en peligro la vida, informó Américo Villarreal Anaya.
El Legislador integrante de la Comisión de Salud en el Senado explicó que las consideraciones incluidas en el citado artículo están dirigidas a personas en etapa terminal con padecimientos como el cáncer, enfermedades cardíacas, insuficiencia renal, VIH/SIDA, entre otras.
Agregó que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida de los pacientes, tanto adultos como niños, que afrontan los problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal.
También destacó, mejoran la calidad de vida de los allegados, como lo es la familia del enfermo; estos cuidados se concretan a la prevención y el alivio del sufrimiento mediante la detección precoz, la correcta evaluación y tratamiento del dolor y de otros problemas, ya sean físicos, psicosocial o espiritual.
Villarreal Anaya fue claro al señalar que los cuidados paliativos no tienen relación alguna con la eutanasia: “la reforma aprobada por unanimidad en el Senado, busca sencillamente que en la etapa terminal, los pacientes tengan el menor sufrimiento posible; que el Estado garantice que se les brinde atención con calidad, sin importar el nivel socioeconómico, respetando los valores individuales, y se evite el daño y el dolor innecesario”.
La reforma al artículo 4º constitucional que fue avalado por 109 votos de 128, también establece el derecho a utilizar los medicamentos controlados para atender padecimientos que así lo ameriten, se precisa que los cuidados paliativos están reconocidos en el contexto del derecho humano a la salud y constituyen un planteamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
“El objetivo principal, no es curar la enfermedad como tal, sino de aliviar los síntomas, cuando una persona afronta una enfermedad mortal”, concluyó.