Un estudio realizado por las Universidades de Exeter y Oxford, en Reino Unido, encontró que participar en ejercicios de autocompasión calma el ritmo cardiaco, desactivando la respuesta de amenaza del cuerpo. Estudios anteriores han demostrado que esta respuesta de amenaza daña el sistema inmunológico y los investigadores creen que la capacidad de desactivar esta respuesta puede reducir el riesgo de enfermedad.
En su trabajo, publicado en la revista ‘Clinical Psychological Science’, se dividió a 135 estudiantes sanos de la Universidad de Exeter en cinco grupos, y los miembros de cada grupo escucharon un conjunto diferente de instrucciones de audio. El equipo tomó medidas físicas de la frecuencia cardiaca y la respuesta de sudor, y les pidió a los participantes que informaran sobre cómo se sentían. Las preguntas incluían cómo de seguros se sentían, qué probabilidades tenían de ser amables con ellos mismos y qué relación tenían con los demás.
Los dos grupos cuyas instrucciones les alentaron a ser amables con ellos mismosno solo informaron sentirse más compasivos y conectados con los demás, sino que también mostraron una respuesta corporal coherente con los sentimientos de relajación y seguridad. Su frecuencia cardiaca disminuyó y la variación en el tiempo entre los latidos del corazón, un signo saludable de un corazón que puede responder con flexibilidad a las situaciones. También mostraron menor respuesta de sudor.
Mientras tanto, las instrucciones que indujeron una voz interior crítica llevaron a un incremento del ritmo cardiaco y una mayor respuesta al sudor, en consonancia con los sentimientos de amenaza y angustia. «Estos hallazgos sugieren que ser amable con uno mismo desactiva la respuesta a la amenaza y pone al cuerpo en un estado de seguridad y relajación que es importante para la regeneración y la curación», apunta el primer autor, Hans Kirschner, quien realizó la investigación en Exeter.
Por su parte, la investigadora principal, la doctora Anke Karl, de la Universidad de Exeter, señala: «Investigaciones anteriores encontraron que la autocompasión estaba relacionada con niveles más altos de bienestar y mejor salud mental, pero no sabíamos por qué. Nuestro estudio nos está ayudando a comprender el mecanismo por el cual ser amable con uno mismo cuando las cosas salen mal podría ser beneficioso en los tratamientos psicológicos. Al desactivar nuestra respuesta a la amenaza, reforzamos nuestro sistema inmunológico y nos damos la mejor oportunidad de curarnos. Esperamos que la investigación en el futuro pueda utilizar nuestro método para evaluar esto en personas con problemas de salud mental, como la depresión recurrente».
Las grabaciones que fomentaron la autocompasión fueron una «exploración compasiva del cuerpo» en la que se guiaba a las personas para que atendieran las sensaciones corporales con una actitud de interés y tranquilidad; y un «ejercicio de bondad amorosa centrada en uno mismo», en el que dirigían la amabilidad y los pensamientos tranquilizadores a un ser querido y a ellos mismos.
Los otros tres grupos escucharon grabaciones diseñadas para inducir una voz interior crítica, ponerlas en un «modo positivo, pero competitivo y de mejora personal», o en un escenario emocionalmente neutral. Todas las grabaciones de audio duraron 11 minutos. Aunque las personas tanto en los grupos tanto de autocompasión como positivos pero competitivo reportaron mayor autocompasión y disminución de la autocrítica, solo los grupos de autocompasión mostraron una respuesta corporal positiva.
MENOR SUDRACIÓN Y FRECUENCIA CARDIACA
Los signos de esto fueron una reducción en la respuesta de sudor y la frecuencia cardiaca se redujo en dos o tres latidos por minuto en promedio, en comparación con los grupos que escuchaban grabaciones de voz críticas. Los grupos de amabilidad también mostraron una mayor variabilidad en la frecuencia auditiva, un signo de un corazón sano que puede adaptarse a una variedad de situaciones.
El coautor Willem Kuyken, profesor de Psicología Clínica en la Universidad de Oxford, afirma: «Estos hallazgos nos ayudan a comprender mejor algunos de los resultados de nuestros ensayos clínicos, donde mostramos que las personas con depresión recurrente se benefician particularmente de la terapia cognitiva basada en la atención plena cuando aprenden a ser más compasivos».
Mi percepción es que, para las personas propensas a la depresión, enfrentarse a sus pensamientos y sentimientos negativos con compasión es una forma radicalmente diferente, ya que estos pensamientos no son hechos. Introduce una forma diferente de ser y saber que es bastante transformadora para muchas personas», subraya.
Los autores ahora planean extender su investigación al estudiar las respuestas fisiológicas en individuos con depresión recurrente. Enfatizan que el estudio se realizó en personas sanas, por lo que sus hallazgos no significan que las personas con depresión experimenten las mismas mejoras con ejercicios únicos. No investigaron otra característica importante de la autocompasión, la capacidad de reparar directamente el estado de ánimo o la angustia. A su juicio, se necesita más trabajo para abordar estos dos puntos abiertos.