La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) gastó, de 2017 a la fecha, 443 mil 382 pesos en cuatro retratos al óleo que fueron encargados al artista Ricardo Fernández Ortega, quien al día de hoy es uno de los pintores favoritos de la Corte.
Se trata de una pintura de Benito Juárez, quien además de haber sido presidente de la República, también lo fue de la Corte. Dicho cuadro adorna en la actualidad una oficina en el edificio sede del máximo tribunal y para su elaboración se erogaron 313 mil 200 pesos.
También se ordenó la realización de un retrato al óleo del jurista Mariano Otero, en el marco de los 200 años de su nacimiento, para ello se gastó un total de 44 mil 81 pesos. Dicha pintura se encuentra en la Casa de la Cultura Jurídica de Guadalajara, Jalisco.
Y en julio del 2017, la SCJN pidió a Fernández Ortega pintar el retrato de un ministro del alto tribunal para que integre la “egoteca” de la Corte, para ello se utilizaron recursos presupuestales por 51 mil 301 pesos.
Se trata de la pintura hiperrealista del ministro Javier Laynez Potisek, quien inició funciones en enero de 2016, la cual apenas el pasado 1 de agosto fue colocada a un lado del vestíbulo de la sede del máximo tribunal del país, junto con las de siete de sus colegas.
Hasta este momento los únicos ministros que han dado largas al tema y no han buscado que se pinten sus retratos son: Arturo Zaldívar, quien comenzó sus labores en diciembre de 2009; Eduardo Medina Mora, quien inició en marzo de 2015, y Norma Piña, ministra de la Corte desde enero de 2016.
Pero fue en marzo pasado cuando la Suprema Corte, dentro del contrato 4518000805 requirió los servicios de Fernández Ortega para elaborar la pintura del recién fallecido ministro Carlos de Silva Nava, quien ocupó un sitial en el alto tribunal de 1984 a 1994. Tuvo un costo de 34 mil 800 pesos.
Así, en la pared del edificio, en la que están colocados los retratos de los ministros que asumieron el cargo en los últimos años, permanecen vacíos los espacios asignados para estos tres integrantes del alto tribunal.
En el caso del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, la pintura que hoy luce en la SCJN fue pagada por él mismo.
La “egoteca”, como en los pasillos de la Suprema Corte se le llama a las pinturas de los ministros, fue un proyecto emprendido por el ministro en retiro Mariano Azuela Güitrón e inaugurado en agosto de 2006.
Se trata de la colección Retratos Vivos para lo cual en las paredes del primer piso de la sede del máximo tribunal del país se colocaron en un inicio 453 retratos al óleo de los ministros que lo han integrado desde 1825 a la actualidad.
La justificación original de Azuela para la realización de la exposición fue que las pinturas “hacen posible la permanencia y consolidación de una de las instituciones fundamentales del Estado mexicano y nuestros rostros están presentes para recordarnos que seremos juzgados por la historia”.
Las obras que actualmente se exponen en los corredores del primer piso de la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación son elaboradas en bastidores de lino de 40 por 50 centímetros y han sido encargadas a diferentes artistas. Empero, en los últimos años, el favorito es Ricardo Fernández Ortega.