Miles de mujeres con playeras y paliacates verdes salieron a las calles de la Ciudad de México para exigir un derecho histórico: la legalización de la interrupción del embarazo.
En apoyo de sus pares argentinas salieron para enfrentar la estigmatización y el prejuicio que las ha dejado fuera de la decisión de sus derechos sexuales y reproductivos.
Entre gritos que exigían «educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”, las mexicanas llamaron la atención para que se atienda una medida que podría salvar la vida de aquellas que continúan apostando por las malas condiciones sanitarias ofrecidas por la ilegalidad.
«El aborto es un asunto de salud pública», afirman especialistas como Luz Estrada, coordinadora del área de violencia de género y derechos humanos de Católicas por el Derecho a Decidir, organización que defiende que sobre todos los juicios y creencias, debe primar el bienestar físico de las mujeres.
Más de 30 organizaciones de mujeres se manifestaron en el corredor de la avenida Reforma, sumando colectivos desde el Ángel de la Independencia hasta el Hemiciclo a Juárez, donde colocaron un templete para recordar que no debe haber «ni una muerta más», consecuencia de una violencia generalizada o bien de legislaciones que continúan criminalizando las decisiones del género.
Se pidió por las vivas, se pidió por la muertas y por el derecho de que no exista ningún factor externo que decida sobre el cuerpo de cualquier mujer.
El día hoy 8 de agosto del 2018, las mujeres del mundo levantaron la voz, católicas y laicas exigieron el respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos de todas las mujeres.
La votación era del Senado argentino, pero en otros territorios podía sentirse la empatía: Brasil,Colombia,Ecuador, Paraguay, Italia, Australia, España, Japón, son algunos de los países que se encuentran a la espera de la decisión final del Congreso.
