Los productores ganaderos y agrícolas de esta región de Tamaulipas denunciaron ante Ismael García Cabeza de Vaca, el atropello que sufren del Gobierno Federal para dejarlos fuera de los programas de ayuda, bajar el precio del sorgo y subir el del diésel, afectando la capacidad productiva.
El candidato al Senado de la coalición Por México Al Frente, aseguró que la problemática del sector agropecuario ocurre por el desinterés y olvido del Gobierno Federal del PRI y sus Diputados quienes no defienden al campo tamaulipeco.
“Queremos que tengan piedad con el campo, la situación está crítica, nos han atropellado”, expusieron en reunión sostenida en la denominada ciudad del cabrito.
En 2011 los productores vendían en cuatro mil pesos la tonelada de sorgo y ahora lo pagan a dos mil 800, explicó Alejandro Moya.
“El tanque de diésel valía dos mil 800 y ahora lo pagamos a cuatro mil pesos”, criticó.
Estamos al revés, dijo, tenemos una economía por el suelo, el campo está sufriendo mucho.
Mario González Treviño, representante de los capricultores, demandó cursos de capacitación para transformadores de productos lácteos y cortaduría de pieles, así como parcelas demostrativas para enseñar a la gente a trabajar bien sus tierras.
“Queremos que lleguen más proyectos como el Biogás, para que cada quien produzca su combustible”, explicó.
García Cabeza de Vaca sostuvo que desde el Senado se asegurará que los apoyos les lleguen en tiempo y forma, además de gestionar programas para capacitación que les permita elevar su productividad.
El candidato al Senado, acompañado de La Inge Carmen Pérez, quien va por la Diputación Federal del Distrito 3, manifestó que se auditarán los programas de SAGARPA para acabar de fondo con el problema.
“No vamos seguir permitiendo que el Gobierno Federal siga utilizando los apoyos como moneda de canje”, advirtió.
Ahora tendrán a nueve Diputados Federales y dos Senadores como sus aliados y amigos”, apuntó en reunión con habitantes de Cruillas.
No tenemos a Diputados que les interese su estado, que defiendan al campo, concluyó García Cabeza de Vaca.